Un compañero del trabajo solicitó expresamente un pajarito Kurasu como su regalo de cumpleaños, así que rauda y veloz me puse a hacerlo para él, pero no me di cuenta de que me quedaba poquito estambre. De todas maneras me lancé a tejer y a dos vueltas de terminar el cuerpo, sucedió esto:
Ni modo, lo tuve que dejar hasta el siguiente día, que pasé por más estambre par poder terminarlo:
Y antes de entregarlo, hacerle su sesión fotográfica:
Me da mucho gusto poder hacer este tipo de regalos, más personales y más dedicados, que puedan mostrar además de las ganas de regalar, las ganas de compartir lo que sé hacer.