Cuando empecé a tejer amigurumi, usé uno de los patrones más sencillos, el del amineko”. A pesar de ser un patrón sencillo, una de las partes que me costaron más trabajo al principio fueron las patas. En las instrucciones decía que las puntas debían rellenarse con bolitas y el resto con el mismo relleno del cuerpo y así lo hice pero no me convenció el resultado:
Luego, cuando hice la colección de 24 gatos lectores” pude experimentar con las patas y decidí que para que tuvieran mejor movilidad solamente debía rellenar la punta y el resto dejarla sin relleno. Así obtuve patas más flexibles:
Después, cuando empecé a tejer animalillos sin seguir un patrón, las patas fueron un elemento a considerar, si debían ser de un solo colo o largas, si debían llevar relleno en toda la pierna o no. Éste fue el primer resultado, con Lorenzo, el perro:”
Para ser el primer animalillo sin patrón, me gustó el resultado. Mientras más animalillos iba tejiendo, las patas me iban gustando más. Acá las patas de Darío Conejo:”
Luego un experimento con las patas de dos colores nada más, del color de la pelambre y del color de la ropa:
Finalmente, unas patas de animalillo con zapatos para uno de los pedidos especiales, una coneja para regalar a una quinceañera:”
Creo que después de practicar con diferentes tipos de patas, puedo elegir ahora las que mejor se adapten al animalillo que esté haciendo, depende de la intención de cada uno.