En mi experiencia, para que un animalillo pueda ser adoptado, debe ser visto. Ya sea en fotos por el FB o el TW, ya sea en vivo en manos de un conocido, en una tienda o en bazar. Cada una de las opciones tiene sus ventajas y desventajas, por lo que considero que lo que mejor funciona es combinar la mayor cantidad de opciones posibles.
Me explico: se me ocurre hacer un animalillo con determinadas características, por ejemplo, la marmota que hice para celebrar su día el 2 de febrero. Puse las fotos en FB y en TW y la llevé a que me acompañara al trabajo. Ahí se cumplieron dos posibilidades, pero debido a la cantidad de personas que la vieron en vivo, las posibilidades de adopción se redujeron. Si hubiera habido un bazar por esas fechas, probablemente su suerte hubiera sido otra.
Otro ejemplo: los gatos lectores. Me dediqué a hacerles mucha publicidad, desde 24 días antes del evento en FB y en TW, cada día estuvo dedicado a un gato en especial: puse fotos, citas de su libro favorito, portadas. Ya en el evento fueron adoptados más del 70% Me parece que fue una buena combinación de las cuatro posibilidades. El problema que le veo a este caso es que, pasado el evento, es difícil recuperar toda la publicidad elaborada y hay que confiar en el carisma natural de los animalillos.
Finalmente, con la experiencia de los bazares, todo el punto de vista puede cambiar, pues me he dado cuenta que lo más efectivo es el amor a primera vista: cuando una persona ve al animalillo de sus sueños frente a ella, no duda y lo adopta. Esos son los casos más felices: será adoptado y cuidado como fue hecho: con amor.
Pero, ¿qué pasa cuando el enamorado no es capaz de cumplir su amor? Ahí la situación cambia por completo, ya veremos cómo.