Una vez que estuvo diseñado el proyecto de los 2 gatos lectores, resultó necesario tener etiquetas para cosérselas a los animalillos. Afortunadamente la misma compañera de trabajo que me pidió ayuda para el tejido de amigurumis, tiene un amigo que trabaja en un lugar donde imprimen etiquetas. Y dio afortunadamente por varias cosas: primero, porque siempre ha tenido la gentileza de apoyarme en el proyecto Bruno (¡muchas gracias!) y segundo porque las opciones que he encontrado para hacer las etiquetas van mucho más allá de mis actuales límites: se hacen mínimo cinco mil. ¡Cinco mil! Ni en mis más locos sueños se me ocurre que me voy a acabar cinco mil etiquetas en aninmalillos, no en esta vida, por lo menos.
Así llegaron las etiquetas para los animalillos y rauda y veloz, bueno, no tan veloz, como recordarán, soy bastante mala para bordar y coser, me puse a pegarles las etiquetas:
Luego cuando empecé a vender los animalillos fuera del círculo de conocidos, surgió el “pequeño” detalle de cómo cuidarlos. Y digo que surgió en ese momento porque con los conocidos era suficiente decirles o contestar sus preguntas sobre el cuidado de los animalillos, pero cuando se tratara de otras personas, eso iba a resultar difícil. Así que junto con mi marido, nos pusimos a hacer las instrucciones de cuidado. Quedaron concisas y claras pero ¿cómo ponérselas? Cosidas no, pegadas menos, dentro de la bolsita de entrega fue la primera opción y luego se nos ocurrió una opción intermedia entre coser y pegar: usar un listón:
Creo que por el momento es una buena opción.