El lunes pasé al centro y me dije a mí misma: “No necesitas estambres, no pases a la tienda, porque se te va a “pegar” uno”. Y así, me bajé en la parada lejos de la tienda pero el destino quiso que en la mercería cerca de la parada hubiera una oferta de estambre peludito y no pude rechazarla.
Así que compré dos bolas de 50 gramos cada una (qué tal que se me acaba a la mitad) y he aquí los adelantos:
Esperemos que los resultados sean como espero, ya los veremos el viernes.