Cuando empecé a tejer amigurumis, nunca me imaginé que iba a haber detalles más allá del tejido, como los empaques. La primera colección de animalillos fueron los gatos lectores que se vendieron en la Feria del Libro de Guadalajara en el año 2010. Como en esa ocasión se iban a quedar en exhibición durante 9 días y yo no iba a estar presente, los coloqué en bolsas de celofán, con pequeñas figuras de papel metálico dentro.
Luego cuando empecé a dejar animalillos en tiendas, surgió la necesidad de ponerles una etiqueta de papel, para ponerle el precio. Aproveché para poner el logo y la página, además de las instrucciones de cuidado al reverso.
La primera vez que estuve en un bazar traté de dejar los animalillos empacados pero era difícil que los vieran bien y por consecuencia, que los atrajeran, así que decidí dejarlos sueltos. Con ayuda de mi marido los acomodo en poses diversas, cuando el espacio lo permite.
Cuando los entrego en el bazar o sobre pedido, vuelvo a al bolsa de colofán con adornos.
Y también la uso dentro de la caja cuando los mando por correo:
He visto tantas opciones tan lindas por la red, sé que es un tema pendiente para los animalillos y espero encontrar alternativas pronto.