Como les decía antes, si sucede el enamoramiento de la persona con el animalillo, sigue lo complicado: tener la posibilidad de adoptarlo. Cuando se trata de un niño, como ella, el asunto se complica pues no depende de ella adoptar o no al animalillo.
Lo ideal es lo ocurrido el pasado domingo 29 en el bazar: la niña se enamoró del animalillo, la madre se enamoró del animalillo y el padre, por verlas felices, se los compró. Ganas me dieron de pedirles una foto de la niña abrazando al gato, pero no quise romper la magia.