Cuando retomé el asunto del tejido, con el famoso chaleco para mi marido, inicié la búsqueda de la mejor tienda de estambre en mi ciudad, Guadalajara.
Hay una zona en el centro histórico dedicada a las labores manuales. Desde que me acuerdo por las mismas calles hay mercerías, tiendas de telas, de estambres y esas tiendas inclasificables donde puedes encontrar desde un botón hasta un armazón para unas alas de mariposa.
Caminé por una parte de esa zona (Avenida Hidalgo y las calles que la cruzan: González Ortega y Zaragoza) y me encontré varias tiendas de estambres. Entré en cada una de ellas y finalmente encontré la tienda ideal para mí: muchos estambres, muchos colores, buenos precios. La principal diferencia entre ésta y las otras tiendas era que la mayoría de las madejas las venden sin marca, ” a granel” (mínimo 100 gramos) y ¡hasta los pueden combinar!
(Eso me recuerda que una vez mi mamá me tejió una blusa con estambres combinados en una de esas tiendas: verde y rosita, muy linda pero muy pesada… la usé unos años y luego la usó ella, no sé si todavía la tiene, pero supongo que sí, la buscaré para poner fotos)
En la entrada de la tienda tienen un exhibidor de cuatro pisos con ocho o más colores cada uno, desde que lo vi por primera vez me imagino a mí misma llevándome una bolsa con una bola de estambre de cada color… algún día lo haré.
Desde ese día de la elección del estambre para el chaleco de mi marido, esa tienda se volvió mi favorita: La casa de los estambres es mi tienda, con todo y que dos o tres veces he ido y ya no tienen el color que busco.
[…] para comprar estambres sigue siendo “La casa de los estambres” como les conté en esta entrada. Aunque ahí casi siempre encuentro el estambre para los animalillos que me piden, a veces he […]